Autor: Estrada Aranda Benito
La Organización Mundial de la Salud (OMS) señala que entre uno y dos recién nacidos de cada mil son sordos profundos. Hasta el año 2001, se estimaba que en el mundo existen 250 millones de personas con discapacidad auditiva. De acuerdo con el XIII Censo General de Población y Vivienda del 2010, en México hay un total de 498,640 personas sordas (273,216 hombres y 225,424 mujeres). La discapacidad auditiva no es una condición que genere algún trastorno mental en las personas que la padecen. Sin embargo, la falta de un medio de comunicación a través de una lengua o las señas, o de una adecuada relación con el entorno familiar y sociocultural, así como una educación eficaz, son situaciones que con el tiempo pueden originar algunos trastornos psicológicos, entre los que destacan los de conducta (en niños), depresión y ansiedad (en adultos). En México carecemos de datos epidemiológicos en cuanto a la salud mental de la población sorda. No obstante, por estudios realizados en el Departamento de Salud de Inglaterra, se sabe que los niños sordos presentan 40% de trastornos respecto al 25% que se observa en niños oyentes, la falta de aprendizaje, de un lenguaje de señas, una educación especializada, la interrelación a nivel sociocultural, las fallas en la comunicación o el aislamiento y exclusión social. Los factores que influyen en alteraciones que tienen que ver con la salud mental son diversos, como deficiencia auditiva, la cual puede clasificarse desde leve (entre -20 y 20 dB de pérdida), moderada (entre 40 y 70 dB), grave (entre 70 y 90 dB), profunda (cuando la pérdida supera los 90 dB) hasta sordera total (cofosis). Se la denomina prelocutiva antes de los tres primeros años de vida, y poslocutiva a partir de esta edad.
2012-11-23 | 1,014 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 35 Núm.418. Septiembre 2012 Pags. 10 Prescripción Médica 2012; 35(418)