Manejo actual del estreñimiento

Autor: Diaz Lombry Angel

Fragmento

Aun cuando el estreñimento es un síntoma y no una enfermedad, según los criterios de ROMA III ocurre si al menos durante tres meses: los síntomas inician mínimo seis meses antes de hacer el diagnóstico; con menos de tres deposiciones por semana de heces duras, pequeñas o caprinas; donde más de 25% la defecación se presenta con sensación de evacuación incompleta, muchas veces se precisa la manipulación digital para lograrla o se tiene sensación de obstrucción; existe pujo al menos en 25% de las evacuaciones. Entre las causas más frecuentes se encuentran: una nutrición inadecuada (pobre en fibra, cosumo de líquidos), trastornos psiquiátricos (depresión, abuso sexual, hiperfasia, bulimia, anorexia), el uso de fármacos, síndrome de intestino irritable, miopatía intestinal, síndrome de Ogilvie, neuropatías (sección medular, enfermedad de Parkinson, esclerosis múltiple, neuropatía diabética), algún problema del suelo pélvico (espasticidad), problemas rectales (prolapso, enterocele, rectocele, indigitalización). En la gente mayor la causa no es la edad sino las enfermedades cronicodegenerativas, inmovilidad, problemas neurológicos, psiquiátricos, medicamentos o una alimentación inadecuada. Durante las primeras etapas de la vida siempre es funcional o por mal entrenamiento para dejar el pañal. El estreñimiento es más común en: lactantes y niños; en mayores de 55 años (cinco veces más frecuente); posoperados de abdomen, periné o pelvis; embarazadas; personas con movilidad limitada o parapléjicas; que utilizan varios fármacos o abusan de los laxantes; con comorbilidades como diabetes; pacientes terminales; viajeros o con historia de estreñimiento crónico. Se presenta con mayor frecuencia en la población occidental (2 al 28%), aumenta con la edad y el sexo femenino lo padece más, es una de las causas más comunes de automedicación.

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2012-11-23   |   319 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 35 Núm.419. Octubre 2012 Pags. 1-2 Prescripción Médica 2012; 35(419)