Autores: Ferrufino Mérida Ana Lorena, Rodríguez Trejo Juan Miguel, Escotto Sánchez Ignacio, Rodríguez Ramírez Neftalí
Introducción: Las lesiones isquémicas del pie pueden conducir a pérdida de la extremidad. Tienen pocas posibilidades de curación, a pesar de revascularizaciones quirúrgicas o endovasculares exitosas, si las arterias que irrigan las zonas-diana donde asientan las lesiones no se revascularizan o existe una incorrecta conexión vascular entre la arteria revascularizada y la zona isquémica local. Objetivo: Determinar si la revascularización directa de los angiosomas específicos es determinante en la cicatrización de la herida y el alivio del dolor. Determinar la arteria más afectada y la revascularizada con mayor frecuencia. Comparar la media del tiempo transcurrido hasta la cicatrización completa de la herida. Determinar porcentaje de amputación mayor o menor y si éste se relaciona con el angiosoma lesionado y el vaso revascularizado. Material y métodos: Estudio observacional, transversal, correlacional, descriptivo y prospectivo. Se incluyeron pacientes del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre, ISSSTE, con isquemia crítica de la extremidad inferior sometidos a procedimientos endovasculares exitosos en el sector infrapoplíteo y que cumplieron con los criterios de inclusión entre enero 2011 a marzo 2012. Se hizo el seguimiento posterior en Clínica de Heridas y Consulta Externa. Se juzgó significancia estadística cuando p < 0.05. Resultados: Se evaluaron 32 pacientes, la edad media fue de 68.31 años (DE 8.74; rango 52-82), 18 varones (56.2%) y 43.8% mujeres (n = 14), relación hombre:mujer de 1.3:1. Del total, 84.38% diabéticos (n = 27) y 87.5% hipertensos (n =28); 56.25% con ex tabaquismo frente a 6.25% con tabaquismo activo y 43.75% con cardiopatía isquémica (n = 14). Sólo 12.5% tenía como antecedente EPOC. Se clasificaron las extremidades en los dos grupos de estudio, de manera que en 23 (72%) se llevó a cabo una revascularización directa (RD) y las restantes nueve extremidades (28%) se sometieron a revascularización indirecta (RI) de los angiosomas isquémicos. Las arterias tibial anterior y posterior fueron las más lesionadas (43.75% en ambos casos); el angiosoma más revascularizado fue el tibial anterior (34.38%), en muchos casos por ser el único tronco distal permeable. Al comparar el índice tobillo-brazo (ITB) medio entre los grupos RD y RI mediante χ2 se obtuvo significancia estadística: p = 0.013 en el caso de revascularización directa para la mejoría del ITB. La cicatrización completa se alcanzó en 27 extremidades (84.37%) con una media de 37.48 días, desviación estándar de 41.51 (mínimo 12, máximo 150). La tasa de cicatrización (RD 100% frente a RI 44.44%) mediante la prueba exacta de Fisher y χ2 fue altamente significativa (p = 0.00010). La media del tiempo transcurrido hasta la cicatrización completa (RD 21.17 días frente a RI 131.25 días) mediante ANOVA de un factor mostró p = 0.0000001. La proporción acumulada libre de amputación mostró p = 0.00032. Se obtuvieron como valores z: 3.35 y p = 0.001, para la relación de tipo de revascularización y alivio del dolor. En el análisis de regresión logística se detectaron como factores importantes de riesgo en el proceso de cicatrización la edad y el ex tabaquismo (IC 95% 0.38-0.74). Conclusiones: La curación de las úlceras isquémicas o salvamento de extremidad no sólo dependen de revascularizaciones exitosas, sino también del tratamiento directo y adecuado de las arterias que irrigan directamente la zona lesional, optimizar los cuidados clínicos y avanzados de las heridas que son la clave en el pronóstico de los pacientes.
Palabras clave: Angioplastia angiosoma revascularización directa revascularización indirecta.
2012-11-26 | 1,398 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 40 Núm.4. Octubre-Diciembre 2012 Pags. 123-134 Rev Mex Angiol 2012; 40(4)