El virus de la hepatitis A se propaga a través de los alimentos y del agua contaminados por las heces de personas infectadas con este virus (VHA). Éste se trasmite cuando las heces de una persona infectada entran en contacto con los alimentos o el agua ingeridos por una persona. También puede trasmitirse con un contacto personal estrecho o muy cercano. Las personas más afectadas en los Estados Unidos y a nivel mundial, son los niños. A pesar de la aparición de la vacuna contra la hepatitis A en 1995, esta enfermedad aún sigue reportándose con cierta frecuencia. Los niños desempeñan un papel importante en la propagación del VHA. Son los que mayores probabilidades tienen de contraer la infección y debido a que rara vez presentan síntomas, constituyen una silenciosa fuente de infección para otras personas. Cuando éstos se presentan, sobre todo en los adultos, aparecen de repente y pueden incluir fiebre, agotamiento, pérdida de apetito, náuseas y malestar estomacal, orina oscura e ictericia (coloración amarilla en ojos y piel). Los niños menores de seis años por lo general no presentan síntomas. Como todos los tipos de virus de la hepatitis, el VHA causa una inflamación aguda del hígado. Las personas que ya padecen hepatitis crónica B o C u otras enfermedades hepáticas y resultan infectadas con el VHA, corren el riesgo de un daño hepático acelerado debido al virus adicional que está infectando a su inflamado y vulnerable hígado. De ahí la importancia de que todas las personas de por lo menos dos años de edad con hepatitis crónica B o C sean vacunadas contra la hepatitis A.
2012-12-06 | 595 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 9 Núm.100. Noviembre 2012 Pags. 10-11 Odont Moder 2012; 9(100)