Autores: Moctezuma Paz Luis Eduardo, Páez Franco Irma, Jiménez González Susana, Miguel Jaimes Dida Katia, Sevilla Bacilo José, Barrera Vázquez Oscar, Melo Sánchez Erick, et al
El tratamiento de las quemaduras eléctricas de tercer y cuatro grados de las extremidades es muy complejo y difícil, ya que diversos tejidos sufren daño simultáneo con hipoperfusión local severa, y si no se atienden de manera temprana y correcta puede ser necesario recurrir a la amputación; por eso, los pacientes con este tipo de quemaduras siempre deben atenderse en unidades de quemados desde las etapas iniciales. En fases tempranas, además de proporcionar soporte vital integral, pueden realizarse acciones antiisquémicas, como la reperfusión macroscópica con reconstrucción quirúrgica, la administración de fármacos y la aplicación de dispositivos médicos locales que promuevan la regeneración de capilares y de otros tejidos. Una vez que el área dañada se ha regenerado totalmente, se iniciará la rehabilitación. En fases tardías, la amputación puede ser la única opción. Las medidas antiisquémicas aplicadas en el caso que se comunica pueden ser una alternativa sustentable en las unidades hospitalarias que atienden quemados debido a que evitan amputaciones, aceleran la cicatrización de heridas difíciles, previenen complicaciones por hospitalizaciones prolongadas y están disponibles en farmacias mexicanas a costos accesibles. Se requieren ensayos clínicos multicéntricos con asignación al azar para conocer la eficacia de los diversos tratamientos antiisquémicos.
Palabras clave: Factor estimulante tratamiento antiisquémico quemaduras eléctricas niños.
2013-01-23 | 967 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 17 Núm.4. Octubre-Diciembre 2012 Pags. 313-324 Rev Esp Med Quir 2012; 17(4)