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En los últimos años, la tendencia de la enseñanza odontológica ha derivado hacia los modelos educativos por competencias. En el ámbito nacional se percibe uniformidad en torno a este criterio. Estos modelos educativos deben ir acompañados por procesos de evaluación que nos den más certeza al evaluar destrezas y habilidades, ya que el proceso de enseñanza-aprendizaje necesariamente tiene que estar fundamentado en esto, puesto que no se pueden seguir considerando los trabajos clínicos de los alumnos con base en el número, sino en los resultados clínicos, la actitud y desempeño en relación a las competencias específicas de la odontología, que se deben construir a partir del conocimiento científico y el dominio de las técnicas. Para lograr estos objetivos, las universidades contamos con una herramienta sumamente útil: los simuladores. Estos equipos permiten que los jóvenes puedan realizar sus prácticas preclínicas reproduciendo las circunstancias con las que se van a encontrar en su trato con pacientes, desarrollar de una manera más completa su capacidad de adaptarse a las posiciones ergonómicas, al uso correcto del instrumental requerido, al entorno de los equipos dentales, así como adquirir de manera precisa la habilidad para manejar las piezas de mano y controlar las distintas velocidades de rotación. Además, pueden tener una visión a través de un monitor de la tarea que desempeñan en las piezas dentales del simulador, siendo susceptibles de ser evaluados en todas las etapas de cada uno de los procedimientos clínicos dentales, ya que estos equipos permiten asegurar la pertinencia de la evolución de los procedimientos preclínicos de las distintas áreas odontológicas, como exodoncia, operatoria, prótesis, endodoncia, periodoncia y aun los procedimientos de anestesia y radiología con gran precisión. Estos dos elementos, los modelos de enseñanza-aprendizaje basados en competencias y los simuladores, se convertirán en un binomio indispensable para el desarrollo de la educación en odontología; por ello, es menester integrarse a este desarrollo educativo que seguramente permeará en aquellas instituciones que aún no hayan considerado esta excelente herramienta, que sin duda redundará en un mayor nivel académico de nuestros egresados, haciéndolos mejores profesionistas, con una probada capacidad competitiva; pero sobre todo, con mejores atributos para poder ofrecer una buena atención a nuestra sociedad. CDEP José Román Sánchez Loria Director Académico de la Facultad de Odontología Universidad Autónoma de Campeche

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2013-01-29   |   1,192 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 3 Núm.10. Enero 2012 Pags. Rev Nal Odontol Méx 2012; 3(X)