Sobre bloqueadores neuromusculares, seguridad y algo más

Autor: Ariza Cadena Fredy

Fragmento

Para nadie es un secreto que los parámetros de seguridad sobre la utilización de los bloqueadores neuromusculares (BNM) ha sido un tema que ha dado mucho de qué hablar en los últimos años. Las alertas que encendieron el fuego empezando por lo reportes de Vibi-Mogensen et al., y 3 décadas más tarde por Debaene et al., mostraban una inaceptable alta incidencia (28-38%) de curarización residual postoperatoria (CRP), que en estos momentos es más actual que nunca a pesar de la utilización de BNM con menores tiempos de recuperación total que en aquel entonces. Si bien se ha promovido la necesidad de la monitorización de la relajación neuromuscular (MNM) y la moderación sobre las dosis y la utilización de los BNM, la realidad actual es otra y cada uno interpreta la evidencia disponible a su manera. Sin embargo, las personas que hemos trabajado este tema lanzamos cada vez que podemos la alarma sobre la persistencia de eventos repetitivos de CRP que pasan desapercibidos y subdiagnosticados, especialmente en los hospitales públicos donde la utilización indiscriminada de BNM de intermedia y larga duración aun en pacientes ambulatorios es una práctica usual. Como prueba de esto, un estudio observacional próximo a publicar y que fue realizado en un hospital público colombiano mostró que este problema permanece prácticamente sin cambios y que la incidencia de índices de TOF < 90% a la llegada de los pacientes a la UCPA se mantiene prácticamente estática (24-27%). Afortunadamente estos medicamentos han ido perdiendo su comercialización, y por cuestiones más de oportunidad que de conocimiento los centros hospitalarios han tenido que voltear su mirada a moléculas con mucho mayor despliegue de mercadeo pero que a la vez poseen una farmacocinética menos peligrosa o incluso más predecible.

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2013-03-11   |   460 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 40 Núm.4. Octubre-Diciembre 2012 Pags. 249-250 Rev col anest 2012; 40(4)