Sistema de administración de riesgos, una herramienta para la gestión del riesgo en salud ocupacional

Autor: Angulo Espinosa Sandra Isabel

Fragmento

El Sistema de Seguridad Social Colombiano viene avanzando en el desarrollo de acciones tendientes a buscar la manera de aplicar, implementar y evaluar un Sistema de Administración de Riesgos en Salud (SAR). Desde hace cuatro (4) años, las EPS vienen implementando el SAR, el cual ha sido evaluado por la Superintendencia Nacional de Salud. Algunas de estas entidades han mostrado resultados importantes con enfoque a la salud de los colombianos. Otras aseguradoras que están trabajando en la implementación y seguimiento del Sistema de Administración de Riesgos con enfoque ocupacional son algunas Administradoras de Riesgos Laborales (ARL). Dichas organizaciones decidieron utilizar este sistema como una herramienta eficiente en la gestión del riesgo. Su principal deseo es llevar a sus clientes este conocimiento con el fin de ser punta de lanza en el descubrimiento de nuevas maneras de tratar o mitigar el riesgo de un accidente de trabajo o una enfermedad profesional (ATEP). Lo anterior, entendiendo que un sistema se comporta como una «máquina de reloj». Cada proceso, cada área, cada indicador son una pieza; una muy fina pero importante pieza que al articularse adecuadamente logran el resultado deseado. La hora del reloj se homologa a la mitigación o tratamiento del riesgo que podría generar un ATEP. Es importante aclarar que quien marca la calidad de las piezas y su precisión es el relojero. Para el caso de la salud ocupacional es la alta dirección la que marcará la pauta en la precisión y por rende en el logro de los resultados basados en la calidad. Entendiendo los resultados como el puntero que marca la hora. Para lo anterior, se requiere de una mente abierta, de pensar en grande y de borrar de su léxico la tan famosa frase: no se puede. El reto de la mente es pensar lo impensable.

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2013-04-09   |   1,405 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 3 Núm.2. Julio-Diciembre 2012 Pags. 127-128 Rev CES Salud Pública 2012; 3(2)