Autor: Albornoz Esteban Roger
Me contaron de niño que mi hermana murió sola, en un pueblo alejado de Huánuco, mientras trabajaba como profesora del nivel primario. Había dejado a su hija bajo el cuidado de mi madre, quien también estaba dedicada a mi crianza. Por aquel entonces ambos teníamos 1 año y medio y mi sobrina, quien creció como mi hermana, jamás conoció a su madre. Cuando tenía aproximadamente 9 años, mientras vivíamos en Huacho, recibimos la visita de su padre. Era la primera vez que se aparecía, traía consigo un regalito insignificante, barato, por los 9 años de abandono de mi sobrina Raquel. No demoró mucho, total no había mucho que hablar. Pedro Urco era una persona extraña para Raquel, un visitante que llegaba por navidad, a lo mucho un conocido con un regalo navideño. Nunca más supe de aquel individuo.
2013-05-13 | 1,203 visitas | 2 valoraciones
Vol. 20 Núm.3. Julio-Diciembre 2012 Pags. 33-34 Actas Peru Anestesiol 2012; 20(3-4)