Fragmento

El concepto de belleza suele ser interpretado de manera diferente según la cultura y el paraje geográfico de las personas, pero para nadie es mentira, que ciertas cualidades tienden a difundir de manera global estas diferencias, lo que lleva a determinar lo que puede o no ser atractivo y que contribuya a mantener la armonía somato-psíquico y espiritual. Todo esto hace que el ser humano se sienta vivo y acepte los cambios fisiológicos que suelen devenir con el paso del tiempo. Es por ello que hoy en día, el envejecimiento es un tema que preocupa tanto a mujeres como a los hombres, ya que los primeros síntomas de este proceso, se manifiestan a nivel facial, conduciendo a la pérdida del aspecto natural de cada persona. Tratar este proceso fisiológico que encierra la ralentización de la regeneración celular a nivel de los diversos tejidos (nervioso, óseo, muscular, vascular, etc…), no es tarea fácil, pero si posible de atenuar cuando se conocen claramente las bases celulares y anatómicas del cuerpo humano. Es un proceso que de manera secuencial va implicando efectos importantes sobre las distintas entidades anatómicas que de forma particular afectan la región cráneo-cérvico-facial, como pueden ser la atrofia y descensos de los tejidos faciales debido a la pérdida del tono muscular aunado a la degeneración cutánea y al progresivo deterioro metabólico.

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2013-05-31   |   566 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 3 Núm.5. Enero-Junio 2013 Pags. 1-7 Act.Biocl. 2013; 3(5)