Autor: Chávez Torres Guadalupe
La formación profesional obtenida como médico alópata, dio necesariamente cierto perfil, desde mis inicios como estudiante, a mi práctica médica. En relación con los productos de la industria farmacéutica, que descienden desde los más altos mandos de las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, relacionados con la organización mundial de la salud, los ministerios de salud de los gobiernos, las escuelas de medicina y los laboratorios de investigación al servicio de los intereses económicos de las trans-nacionales farmacéuticas, ya que como sabemos el dinero es el rector número uno, que modula y rige los comportamientos financieros y no financieros en el mundo. Considerando que los dueños de estos grandes negocios no son médicos, sino comerciantes, no habría porque refutarles el haber hecho de la medicina tradicional alópata, un eslabón más de la enfermedad. En éste sentido su nulo o poco interés en ir al fondo del tratamiento de las enfermedades, en que como cualquier otro negocio sea redituable, en tal sentido la medicina alópata se ha convertido en un esquema médico paliativo, ya que sólo trata los síntomas de la enfermedad., y lesional porque todos los derivados sintéticos farmacéuticos tienen efectos secundarios, que en muchos de los casos, son mayores los daños que los beneficios, contradiciendo el alma mater de la medicina, en el fundamento hipocrático: “Primun non no scere”. “Primero no hacer daño”.
2013-05-31 | 741 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 3 Núm.5. Enero-Junio 2013 Pags. 8-15 Act.Biocl. 2013; 3(5)