La investigación es clave para el desarrollo de un país. Puede ser incentivada y apoyada por parte del Estado, por las universidades o por instituciones no universitarias. Los que estamos ligados de alguna manera a una universidad sabemos la importancia que representa que los alumnos tengan conciencia de la trascendencia de la formación científica. En estos últimos años, las cosas han empezado a mejorar en el país con respecto a la investigación. Algunas universidades han empezado a darse cuenta de que el ofrecer a sus bachilleres, formas de titulación diferentes a la de una tesis es contraproducente para su universidad. Administrativamente es muy bueno, pero va en detrimento de lo académico. Al mismo tiempo, se han dado cuenta de que exigir una investigación a un alumno desmotivado, inconsciente de las bondades del mismo y poco capacitado, no lleva a nada. De nada sirve que el alumno pretenda realizar una investigación, si no tiene en cuenta los puntos básicos del mismo. Por ello, las universidades han visto la necesidad de afianzar cursos que no son netamente de la carrera, tales como estadística, metodología de la investigación y epistemología. Además de añadir cursos ligados a la carrera, por ejemplo epidemiología en carreras de salud. Porque seamos sinceros. A la mayoría de odontólogos no les gusta la investigación. Es intrincado y aburrido. El pensamiento común es que “solo lo deben realizar las grandes mentes del área”. Nos desenvolvemos mejor en nuestro consultorio atendiendo pacientes. Así somos felices. Pero lamentablemente, ese pensamiento es lo que ha motivado que el que nos enseñe bioestadística sea un estadístico. El que nos enseñe epidemiología sea un medico general. El que nos enseñe redacción científica sea un licenciado en educación. Estos profesionales son buenos en lo que enseñan, eso no se discute. Pero no son odontólogos. No enseñarán cosas que nos sirvan de inmediato. No ampliarán nuestro panorama en base a nuestro quehacer diario. No nos motivarán, de la misma forma que lo haría un colega. Por ello, deberían ser profesionales de la carrera quienes dicten los cursos mencionados. En este número ofrecemos una investigación original sobre la reducción de Streptococcus del grupo mutans por el uso digluconato de clorhexidina pero con uso previo de una pasta dental con Lauril Sulfato de Sodio. Dos casos clínicos: el primero sobre implantes endodónticos y el segundo sobre injerto óseo. Y finalizamos con un artículo de opinión en donde se expone algunos puntos sobre líneas de investigación en odontopediatría. Invitamos cordialmente a los lectores a seguir publicando sus investigaciones. César Arellano Sacramento CD. Director Científico
2013-06-19 | 319 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 14 Núm.2. Marzo-Junio 2011 Pags. Vis dent 2011; 14(2-3)