Autores: Ruiz Argüelles Guillermo José, Gómez Almaguer David
El trasplante de médula ósea es desde el punto de vista quirúrgico, el más sencillo de los trasplantes. Actualmente, en la mayoría de los casos, ni siquiera es necesario puncionar la médula de los huesos, basta con estimular con filgrastim al donador, para que al cabo de cuatro a cinco días podamos obtener, mediante aféresis, células hematopoyéticas en enormes cantidades, mismas que permiten cambiar en el receptor todo su sistema inmune y hematopoyético. Esto es un reto formidable, cambiar en un humano este sistema, es la más difícil de las tareas biológicas que los médicos de trasplante llevamos a cabo. Todos los que actualmente trabajamos en este campo tenemos que agradecer a los que nos antecedieron y pasaron las penurias humanas inherentes al quehacer médico. Por ello, lamentamos profundamente la pérdida de un médico pionero en este campo, quién tuvo el valor, la imaginación y la perseverancia para iniciar una nueva frontera en el conocimiento médico. Su impulso y liderazgo fue un factor decisivo para el desarrollo inicial en los trasplantes de células hematopoyéticas. No en vano es uno de los pocos clínicos que en los últimos años ha recibido el Premio Nobel.
2013-06-20 | 862 visitas | 1 valoraciones
Vol. 14 Núm.57. Octubre-Diciembre 2012 Pags. 183-184 Med Univer 2012; 14(57)