Autores: Yoseff Bernal Juan José, Pérez Campos Gilberto, Nava Bustos Gonzalo
Conocer las propiedades de su material así como hacer ‘churritos’ y ‘tortas’ son los primeros aspectos y formas en que los niños alfareros aprenden al participar en las actividades del taller familiar. El cuerpo y el mundo se interrelacionan a través de las destrezas perceptuales. Pero participar es más que conocer, incluye inter-acciones con los otros, observándolos, preguntándoles; es apropiarse del significado de la actividad valiosa socialmente. Persona y mundo social se co-constituyen mutuamente. Así se participa de la vida social, implicado como un todo, aunque aparentemente la actividad no sea dirigida a uno, o hecha para uno. Las 3 niñas de un poco más de dos años, a las que este escrito se refiere, provienen de dos talleres diferentes: uno de barro bruñido y bandera y otro de barro engretado o de uso. Las condiciones de vida de cada taller son totalmente diferentes y en consecuencia, darán ocasión a tres formas de ‘conducción de vida’, que comienzan por su presencia en el taller, por su forma de relacionarse con el barro y las personas; y por lo que aprenden a hacer, de capital importancia para lo que son las formas tradicionales de la alfarería tonalteca.
Palabras clave: Participación conducta de vida destreza percepción-acción.
2013-06-21 | 864 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 10 Núm.25. Abril-Junio 2013 Pags. 41-50 Rev Educ Desa 2013; 10(25)