El papel del laboratorio en el control del tratamiento antitrombótico

Autores: Izaguirre Ávila Raúl, Cortina de la Rosa Evelyn

Fragmento

El tratamiento antitrombótico cada vez se emplea con mayor frecuencia en diversas situaciones clínicas en las que se presenta oclusión de la circulación arterial o venosa. Numerosas especialidades están involucradas en el tratamiento de enfermedades trombóticas, como los síndromes coronarios agudos, la enfermedad tromboembólica venosa, la coagulación intravascular diseminada, la enfermedad vascular cerebral y otras. Especialistas en Cardiología, Neumología, Terapia Intensiva y Hematología, sólo por citar algunas, aplican diversas combinaciones de medicamentos anti trombóticos, en las que se incluyen anticoagulantes parenterales (heparina convencional, heparinas de bajo peso molecular, pentasacárido, hirudina y sus derivados y otros), antagonistas de la vitamina K (warfarina y acenocumarol), antiagregantes plaquetarios (aspirina y tienopiridinas de primera a tercera generación, inhibidores de la GPIIb-IIIa, cilostazol y otros), trombolíticos (estreptocinasa, activador tisular del plasminógeno de origen recombinante, APSAC y otros). La principal complicación de estos tratamientos es la hemorragia, por lo que los médicos usuarios sienten la necesidad de vigilar el efecto terapéutico mediante las pruebas de laboratorio, con la idea de establecer la eficacia y seguridad de los medicamentos.

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2013-07-08   |   1,192 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 12 Núm.1. Abril-Mayo 2011 Pags. S61-S65 Rev Hematol 2011; 12(Supl. 1)