La odontología es una práctica en la cual existen muchos factores que pueden desencadenar alteraciones y complicaciones en el organismo de nuestro paciente, estrés, ansiedad, y nerviosismo que para muchos enfermos se presenta al asistir a la consulta es común, ya que fácilmente relacionan su atención al dolor, sangre, temidas jeringas metálicas así como al ruido y sensación del famoso “avioncito” o pieza de mano de alta velocidad y en ocasiones por reacción adversa a los anestésicos locales. Los odontólogos desearíamos que la mayoría de nuestros pacientes reaccionen favorablemente al tratamiento dental y que puedan aceptar sin problemas las tensiones mentales y físicas a las que son sometidos. Sin embargo, hay circunstancias ocasionales en la práctica diaria de la odontología en donde este tipo de sensación angustiante y desagradable del paciente al sentirse vulnerable por permanecer en el sillón dental recostado y con la boca abierta sin saber qué le va a suceder, esperando el momento en que se le vaya a inyectar o a extraer algún órgano dental. Obviamente generará dolor desencadenándose alteraciones fisiológicas que pueden ser leves hasta aquellas que pueden poner en riesgo su vida y que requerirán de tratamiento urgente para evitar un desenlace catastrófico. Los dos procedimientos odontológicos asociados más frecuentemente a la aparición de una urgencia médica son extracción (38.9%) y endodoncia (26.9%). Asimismo, el profesional de la salud oral debe conocer que existen factores que aumentan (incremento de pacientes adultos mayores, sesiones prolongadas, uso de nuevos medicamentos y técnicas, entre otros) o disminuyen (historia clínica enfocada a urgencias médicas, detección y control de la ansiedad, capacitación para el manejo de cualquier eventualidad) la incidencia de las urgencias médicas.
2013-09-13 | 4,530 visitas | 1 valoraciones
Vol. 9 Núm.109. Agosto 2013 Pags. 6-8 Odont Moder 2013; 9(109)