Autor: Martínez Pérez Albina
Es una reacción anormal y exagerada, resultado de la ingestión de un alimento o aditivo, mediada por mecanismos inmunológicos como la IgE. Este tipo de alergias no tiene cura pero sí se controlan reconociendo al agente alergeno que las genera. Se manifiesta en el aparato digestivo, respiratorio, piel, sistema neurológico y genito-urinario; los síntomas pueden ser leves, moderados o severos y es posible llegar al choque anafiláctico. La alergia alimentada diagnosticada en edades tempranas, puede ayudarnos a prevenir casos de rinitis, asma y dermatitis atópica. La prevalencia en la población adulta va de1 al 2%, es más frecuente a nivel pediátrico con una prevalencia del 4 al 8% y en neonatos cerca del 2.5%; es más frecuente en lactantes, probablemente por la inmadurez de los mecanismos inmunológicos que favorecen el ingreso de antígenos a través de la barrera gastrointestinal.
2013-09-23 | 262 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 36 Núm.424. Marzo 2013 Pags. 9, 11 Prescripción Médica 2013; 36(424)