Autor: Gentile Ramos Irma
Debo agradecer el gran honor que significa para mí, haber sido designada por la Sociedad Uruguaya de Pediatría para representarla en este acto. Como es obvio, no ostento el galardón de ser discípula directa del Maestro Morquio. Difícil, sin embargo, no sentirse como tal, cuando se ha nacido y crecido pediatra en un medio tan ricamente poblado de símbolos que mantienen su vigencia, tan cálidamente impregnado de esa honda y perdurable afectividad con que lo han reverenciado sus discípulos.
2013-09-30 | 333 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 72 Núm.3. Julio-Diciembre 2001 Pags. 180-184 Arch Pediatr Urug 2001; 72(3)