Es para mí un honor coordinar este número especial de Acta Pediátrica de México, que está relacionado con el tema de la gammaglobulina intravenosa y subcutánea. Durante la última década, la gammaglobulina ha sido el hemoderivado de mayor crecimiento clínico en todo el mundo. En sus inicios, y proveniente del trabajo clásico del Dr. Bruton para tratar a un paciente incapaz de producir inmunoglobulinas, quedó demostrada su utilidad para dichos fines; sin embargo, fue hasta el conocimiento obtenido a través de la serendipia, por parte del Dr. Imbach, quien cuando trataba a un paciente afectado por hipogammaglobulinemia secundaria a quimioterapia descubrió los beneficios de la gammaglobulina sobre la púrpura trombocitopénica. Posterior a esto hubo varias investigaciones acerca de la utilidad de la gammaglobulina para modular los fenómenos autoinmunológicos. A este respecto, y sin dudarlo, es en el campo de la Neurología en donde existen mayores avances: desde enfermedades más prevalentes, como el síndrome de Guillain-Barré, la esclerosis múltiple, hasta otras mucho menos frecuentes, como la neuromielitis óptica y el síndrome de opsoclonos-mioclonos (enfermedad de Kinsbourne).
2013-12-18 | 646 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 34 Núm.6. Noviembre-Diciembre 2013 Pags. 317-318 Acta Pediatr Méx 2013; 34(6)