Autor: Patiño Restrepo José Félix
En anteriores ocasiones he expresado que ya pasados largos años de mi vida fundamentalmente académica, puedo decir que hay hombres de hombres. Hay hombres que con su ejemplo motivan, estimulan y promueven el hacer colectivo y el hacer y el comportamiento individual. Tal fue Bernardo Moreno Mejía, figura verdaderamente paradigmática de la medicina colombiana, hombre de profundas realizaciones en el campo de la cirugía, de la educación médica y del bienestar social. Eran los comienzos de 1958 y yo regresaba a Colombia después de once años de estudios médicos de pregrado y posgrado en la Universidad de Yale, a donde había transferido cuando cursaba el 4° año de medicina en la Universidad Nacional. Me encontré con una verdadera revolución en la educación médica en Colombia, cuando se pasaba del “sistema francés” al radicalmente diferente “sistema norteamericano”, que se había iniciado con la creación de la Facultad de Medicina de la Universidad del Valle en Cali, fuertemente apoyada por la Fundación Rockefeller y bajo la tutoría intelectual de la Universi¬dad de Tulane de Nueva Orleans. Un grupo de jóvenes decanos, liderados por Gabriel Velásquez Paláu, decano de Medicina en la Universidad del Valle, varios de ellos con estudios de posgrado en los Estados Unidos, rompía la fuerte oposición de los grandes profesores educados en el “sistema francés”, reacios al cambio y defensores a ultranza del status quo. Por entonces se consideraba la salud como factor de desarrollo social y económico para la transformación de los pueblos, no como ahora, cuando la Ley 100 de 1993 convirtió la salud en una mercancía para enriquecimiento de entidades intermediarias que fungen como aseguradoras.
Palabras clave: Historia; educación médica; gestor de salud; cirugía general.
2014-02-10 | 635 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 28 Núm.4. Octubre-Diciembre 2013 Pags. 271-274 Rev Colomb Cir 2013; 28(4)