Autor: Caldera Rodarte Sergio
Introducción El proceso del nacimiento es un evento difícil para la madre y el niño. La expulsión del feto representa para éste, una serie de presiones y resistencias que tendrá que vencer, a fin de abocarse, flexionarse, orientarse, encajarse, descender, rotar y finalmente, desprenderse, para alcanzar el medio exterior. Todo este mecanismo, aun en el parto eutócico, lleva en sí riesgos para la integridad física y funcional del recién nacido, como lo han demostrado a través de los años, la experiencia y estudios específicos diversos. Y si esto es verdad, para el parto normal o fisiológico, lo es más aún, para aquel en que se presentan complicaciones que obligan al obstetra a intervenir en auxilio del producto y de la madre, ya sea en forma puramente manual o bien instrumental. No obstante, el considerable adelanto logrado en la práctica de la obstetricia, durante las últimas décadas, el trauma obstétrico continúa siendo una causa de morbimortalidad importante en el recién nacido. Cabe señalar que la producción de lesiones fetales no implica necesariamente una falta de habilidad, preparación o experiencia del obstetra, ya que existen eventualidades en el curso de un trabajo de parto, que están fuera del control del médico especialista, particularmente, en madres que no han tenido control prenatal adecuado, o nulo.
2007-10-19 | 16,540 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 14 Núm.88. Marzo-Abril 2007 Pags. 6-23 GINECO 2007; 14(88)