Autores: Vergara Amador Enrique Manuel, Quevedo Blanco Sonia Mercedes
La toxina botulínica A es una potente neurotoxina producida por la bacteria Clostridium botulinum que bloquea la liberación de la acetilcolina, sustancia que favorece la contracción muscular y que es usada ampliamente en una serie de desórdenes neurológicos tanto en niños como en adultos. La primera aplicación clínica fue realizada en 1985 por un oftalmólogo que la empleó para tratar un blefaroespasmo. En el campo ortopédico es usada desde 1993 para el manejo de desórdenes espásticos en niños con secuelas de parálisis cerebral. Esta droga fue aceptada paulatinamente por la FDA de los Estados Unidos desde 1989 para los desórdenes de estrabismo y los espasmos hemifaciales, y luego para la distonía cervical en el año 2000. Para usos estéticos se aprobó en el año 2002. Su uso para los niños con problemas de espasticidad no ha sido aprobado aún por la FDA a pesar de los innumerables artículos que se encuentran en la literatura médica y que soportan su utilidad en los niños con parálisis cerebral. En Colombia, hace 5 años que se está utilizando en niños afectados con insuficiencia motora de origen cerebral o parálisis cerebral. Su principal acción es disminuir el tono de los músculos espásticos y restaurar la acción de otros músculos, logrando una mejoría en la función del paciente. Su acción es limitada ya que su máximo efecto se observa entre la 4ª y la 12ª semana y alrededor del 6º mes ya se han perdido los beneficios. La toxina botulínica favorece el tratamiento de los niños con esta enfermedad pues al disminuir el tono muscular se facilita la rehabilitación mejorando el rango de movimiento de las articulaciones, disminuyendo el dolor y los espasmos dolorosos y previniendo a largo plazo las deformidades óseas que surgen como consecuencia de la acción muscular anormal prolongada. Además, facilita otros tipos de manejo como la colocación de yesos y férulas, la rehabilitación con aprendizaje de ciertos movimientos y las cirugías, disminuyendo tanto el número como la agresividad de las mismas, con una mejoría del funcionamiento global del paciente.
2008-08-19 | 1,413 visitas | Evalua este artículo 0 valoraciones
Vol. 22 Núm.1. Enero-Marzo 2008 Pags. 14 Rev Col de Or Tra 2008; 22(1)