Fragmento

Años atrás, una colega llamada María Josefa Pérez, me ofreció un consejo: “cuando redactes una noticia imagina que le estás contando la historia a tu mamá”. En esa época estaba comenzando mi carrera como periodista y esa recomendación fue de gran utilidad para el desarrollo y consolidación de un estilo propio de escribir o redactar. Los periodistas contamos historias y, con este consejo, mi colega quiso significar que debemos hacerlo de la forma más sencilla posible, clara, entendible, accesible a todas las personas, sea cual sea su nivel de instrucción. El dominio del discurso escrito debe cultivarse, hace falta mucha práctica, mucho ensayo y error. Esa imagen del escritor, sentado frente a su computadora, produciendo libros como churros, es un mito. La escritura es descrita por autores como Flower y Hayes (1980) y Scardamalia y Bereiter (1992) como un proceso cognitivo en el que se activan diversas operaciones mentales, entre ellas, la planificación, la traducción y la revisión o corrección. Cassany (1999) nos ofrece su concepto de los procesos cognitivos: “Son las distintas actividades de pensamiento superior que realiza un autor para componer un escrito, en el período de tiempo que abarca desde que se crea una circunstancia social que exige producir un texto hasta que éste se da por acabado”. Aunque los reporteros de un periódico están sometidos a constantes presiones impuestas por el tiempo, un periodista serio y responsable, planifica sus escritos, los traduce y, sobre todo, los corrige, hasta quedar satisfecho.

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2009-04-08   |   730 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 17 Núm.2. Julio-Diciembre 2008 Pags. 131-134 MedULA 2008; 17(2)