Profesor Doctor Rodrigo Pesantez Reinoso

1935–2008 

Autor: Muñoz Vargas Edgar A

Fragmento

Resulta inmensamente doloroso registrar la muerte del Profesor Rodrigo Pesantez Reinoso, quien con su partida deja un hondo vacío no solo en la comunidad ortopédica nacional y latinoamericana, sino en el Hospital de San José al que dedicó su vida y un profundo afecto. Nació en Sigsig, provincia de Azuay, en el Ecuador, el 25 de septiembre de 1935. Estudió Medicina en la escuela de la Universidad Central de Quito, donde obtuvo el título de Doctor en Medicina y Cirugía en 1962. Fue a Popayán al terminar sus estudios y se estableció en Colombia en 1963, cuando hizo su medicatura rural en Bolívar (Cauca). Allí conoció a su señora Olivia Hoyos, con quien construyó un hogar ejemplar del cual nacieron Rodrigo Fernando, Pablo, María Augusta y Ángela. En 1968, se vinculó al Hospital de San José como residente de Ortopedia y se graduó como ortopedista en 1971. Desde entonces, y hasta el día de su partida, fue motor permanente del Servicio de Ortopedia del Hospital, en el que se distinguió tanto por su infatigable labor asistencial como por su actividad académica. Comenzó como docente del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario y, posteriormente, se vinculó a la Facultad de Medicina de la Fundación Universitaria de Ciencias de Salud, donde formó varias generaciones médicas y más de 130 especialistas en Ortopedia y Traumatología. En 1996 fue elegido Presidente de la Sociedad Colombiana de Ortopedia y Traumatología, en la cual desarrolló una brillante actividad gremial que marcó la pauta para la transformación de la Sociedad en un grupo dinámico y operativo, ganándose justamente el reconocimiento y el aprecio de la comunidad ortopédica nacional. En el Congreso Nacional de la especialidad, celebrado el pasado mes de mayo, había sido elegido como su Presidente Honorario. Fue un conferencista magistral, transmitió sus experiencias sin egoísmo y con claridad precisa en sus conceptos, lo que hacía que el auditorio disfrutara plenamente sus enseñanzas. Era un lector incansable, con una memoria privilegiada, lo que le permitía estar actualizado no solo en el área de la patología de la cadera sino en trauma y en otras áreas de la ortopedia. Fue indudablemente uno de los impulsores de las técnicas modernas de la cirugía de la cadera y del manejo del trauma en nuestro país. Sabía de arte y de música culta, con la cual se deleitaba en sus largas jornadas de cirugía. Recorrió el mundo en múltiples oportunidades lo que le permitía opinar, con su aguda memoria, cuando de viajes se trataba.

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2009-12-14   |   3,659 visitas   |   Evalua este artículo 0 valoraciones

Vol. 23 Núm.1. Enero-Marzo 2009 Pags. 12-13 Rev Col de Or Tra 2009; 23(1)