Autor: Gómez Fajardo Carlos Alberto
“Aporía: razonamiento que presenta dificultades lógicas no superables”, nos dice el diccionario. Pues bien, algo así como una sinsalida, para entenderlo mejor. Es a una sinsalida, a una situación de absurdo -absurdo por demás particularmente aterrador- a lo que conduce la instrumentalización del ser humano. Son de gran envergadura las consecuencias de dicha instrumentalización. Cuando por diversas vías, la condición del ser humano se reduce a la de un "objeto" sobre el cual se pretende tener dominio, se despoja de su dignidad intrínseca y ocurren entonces todas las fatales consecuencias de deshumanización que confirmamos iterativamente con cualquier noticiero de actualidad. Quizá sea uno de los niveles más profundos de barbarie, aquel en el cual las sociedades han permitido legalmente la instrumentalización y la degradación de algunos de sus miembros, olvidando el conocido imperativo kantiano: el hombre es fin en sí mismo, nunca medio. No es otro el problema de la degradación de la existencia de quien ha sido privado brutalmente de la libertad, por medio de la intimidación o de la fuerza física, como ocurre en el secuestro. No obstante, el uso de la tecnología médica y de los conocimientos en manipulación embrionaria también nos ofrece múltiples ejemplos de lo que acontece en este proceso de degradación de lo humano: no se trata sólo de las recientemente debatidas consecuencias de la clonación de humanos, se trata, aunque ahora llame menos la atención, de las mortales consecuencias de técnicas que están de moda en el mundo, desde años atrás. En las tecnologías de reproducción asistida (fertilización in vitro y transferencia de embriones, FIVET) opera una dinámica intrínseca de dominio y de muerte selectiva. Son conocidos los problemas planteados por los embriones "sobrantes", una de las realidades de estos procesos, de las cuales –muy comprensiblemente- los difusores, tecnócratas e inversionistas involucrados en ella, menos hablan. Se entiende que se refieran poco a ello, pues están, ellos y sus clientes, ante una verdadera "aporía", un problema sin salida: no debemos dejar en el olvido que en el Reino Unido, en 1996, fueron "descartados" 3.000 embriones humanos, debido al cumplimiento de los términos prescritos por un mandato legal que impedía su mantenimiento por mayores períodos de tiempo en condiciones de criopreservación...
2011-06-10 | 471 visitas | 2 valoraciones
Vol. 53 Núm.1. Enero-Marzo 2002 Pags. 111 RCOG 2002; 53(1)