Autor: Herrera Arbeláez Juan Manuel
Hace algunos días, un apreciado colega, en un gran gesto de reconocimiento profesional hacia mí, me felicitó por publicar mis casos difíciles, sus complicaciones y las dificultades en la resolución de los mismos. Puntualmente, hacía referencia a una publicación que, según recuerdo, con dificultad fue clasificada como un estudio tipo serie de casos, con el más bajo nivel de evidencia científico posible de alcanzar. Habría quien pudiere juzgar muy mal a mi antecesor como editor de la Revista Colombiana de Ortopedia y Traumatología por publicar este tipo de artículos, pero he de aclarar que al contrario, con entusiasmo vehemente, fue precisamente él quien apoyó la publicación del mismo. Jamás consideré recibir una felicitación por compartir estos casos difíciles dentro de un ámbito académico. Al contrario, el ánimo para su publicación, y el ejercicio académico alrededor de los mismos, se centraba en plantearle a la comunidad científica un abanico de preguntas de investigación, que es en definitiva el verdadero valor que tienen las series de casos y estudios de evidencia tipo III y IV. Aunque todo lector de literatura médica sabe que no se recomienda tomar decisiones clínicas basadas en estos niveles de evidencia, con frecuencia encontramos que las publicaciones científicas están llenas de ellos, generalmente a consecuencia de la relevancia que tiene publicar preguntas de investigación, para que estas puedan estar a disposición de toda la comunidad científica.
2012-02-10 | 562 visitas | 1 valoraciones
Vol. 25 Núm.3. Septiembre 2011 Pags. 271-273 Rev Col de Or Tra 2011; 25(3)